"¿En quién confiamos hoy?", por Mª Ángeles Palmi
Decimoséptimo artículo de La Libreta de adComunica, espacio quincenal de colaboración de las socias y los socios de la asociación en El Periódico Mediterráneo, publicado el 4 de septiembre de 2025.

Artículo publicado en La Libreta de adComunica, en el Periódico Mediterráneo, el jueves 4 de septiembre de 2025, por Mª Ángeles Palmi, directora de Estepark, Parque Comercial y de Ocio.
¿EN QUIÉN CONFIAMOS HOY?
Hace 119 años, un tren descarriló en Atlantic City, en Estados Unidos. No fue solo un accidente ferroviario. Significó mucho más: fue el inicio de algo que transformaría la forma de dar explicaciones al mundo. Para evitar rumores, la compañía ferroviaria decidió enviar un comunicado a los periódicos. El New York Times lo publicó casi sin tocar. Así nació la primera nota de prensa.
Lo pienso en 2025 y me pregunto: ¿sería posible hoy algo así? Con redes sociales, miles de canales y una avalancha diaria de datos (y de bulos), cuesta imaginar a un periódico publicando la versión oficial sin más añadido ni contexto alguno.
Pero, en el fondo, la pregunta sigue siendo la misma que entonces: ¿en quién confiamos cuando ocurre algo importante?
Pienso en la provincia de Castellón, en España, en cualquier rincón donde una empresa anuncia una inversión o un ERTE, donde un ayuntamiento presenta un plan urbanístico o un hospital publica sus listas de espera. Lo que de verdad queremos como público no es solo un titular llamativo y unos párrafos más o menos escritos para salir del paso. Es poder creer que lo que se cuenta es cierto, que está completo y no responde únicamente a un interés particular.
Por eso, la comunicación responsable (la que va mucho más allá de notas de prensa bien escritas) no es solo cosa de periodistas o gabinetes de prensa. Nos afecta a todos, a toda la ciudadanía. Porque ahí se juega algo crucial: la credibilidad, la reputación y nuestra capacidad de decidir con criterio.
Hoy, cuando el ruido es constante, sigo viendo periodistas que contrastan, preguntan y buscan su propio enfoque. Y también empresas e instituciones que entienden que abrir puertas, ofrecer datos reales y responder preguntas incómodas no es algo opcional. Porque la reputación (en Castellón o donde sea) no se levanta nunca con palabras bonitas, sino con hechos. Y con la valentía de explicarlos, incluso cuando no todo sea fácil de contar.